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24/Jun/2020

Cualquier alimento puede disparar una intolerancia alimentaria. Hay tantas posibilidades como viandas, por tanto. Tan sólo tiene que ser una parte habitual de la dieta del enfermo, dado que la sensibilidad se genera por un contacto moderado aunque habitual con el nutriente. ¿Sabes cuáles son las intolerancias alimentarias más comunes?

El mal funcionamiento del sistema digestivo provoca dos cosas: que no se logren descomponer algunos nutrientes, que quedan sin absorber, y que otros, una vez entran en las paredes intestinales, provoquen una reacción adversa hacia la proteína del alimento.

¿Qué pasa entonces? Pues que el sistema inmune se pone en marcha y lanza una señal de alerta aumentando el nivel de histamina en el cuerpo y esta provoca numerosos síntomas, como migrañas, hinchazón abdominal, dolores y contracturas musculares; piel seca, cansancio injustificado y problemas de sueño, entre otros.

En España seguimos una más que saludable dieta Mediterránea, calificada como mejor dieta del mundo entre otros por el ranking que realiza el US News & World Report en el que se destaca la variedad de alimentos, así como la abundancia de frutas, verduras y de grasas beneficiosas que contiene, que son la clave de la mayor longevidad de los países que habitan a orillas del Mediterráneo.

Existen dos alimentos  básicos que forman parte de la misma y que son comunes a la mayoría de quienes padecen intolerancias alimentarias: la leche y el trigo.

Intolerancias al trigo y la leche

¿Por qué el pan?

De hecho, la intolerancia al trigo se ha incrementado exponencialmente con los años. En la actualidad el 60% de los pacientes que tienen alguna sensibilidad alimentaria la presentan a este cereal, pese a que cada vez se consume menos. La consecuencia es que hay que eliminarlo por completo de la dieta.

Este aumento de la sensibilidad al trigo se relaciona con el rápido procesado de muchos de los panes industriales de hoy, que usan masas poco fermentadas y con numerosos aditivos. Esto impide una adecuada digestión de las proteínas de las harinas.

En los panes tradicionales las proteínas comienzan a romperse mientras el pan ‘reposa’ entre ocho y 24 horas. En los de fermentación rápida, la digestión se hace casi por entero en nuestro tubo digestivo, que recordemos que está dañado. Y esto acarrea consecuencias, según explicó en el congreso de la Sociedad Andaluza para el Estudio de Intolerancias Alimentarias (Saeia) el experto Félix López Elorza.

Por tanto los llamados panes de panificación lenta y masa madre son los que nos ayudarán a prevenir una intolerancia al trigo. Pero si ya la tienes, hay que eliminar por completo el trigo y otros cereales de la dieta, siempre asesorados por un experto para mantener una alimentación equilibrada.

Sí, de repente el enfermo se convierte en una persona con sensibilidad al gluten no celíaca. Y es que el trigo es muy similar a otros cereales y hay que eliminarlos todos.  La buena noticia es que será por tiempo limitado y que podremos volver a comerlo, siempre que hagamos las cosas bien.

Leche, presente hasta en medicinas

Además, es habitual que no seamos intolerantes a un alimento aislado, sino a varios a la vez. Todo debido al mal funcionamiento del intestino provocado por causas diferentes (uso de antibióticos, estrés, etc.). En este sentido, los médicos del Grupo Histal han constatado que el 90% de quienes desarrollan una intolerancia lo hacen a la proteína de la leche.

Este alimento básico se suele ingerir a diario. Pero además está presente en muchos platos y en alimentos que no sospecharíamos que la tuvieran. Y es que la lactosa es un potentísimo conservante. Por eso se lleva empleando en innumerables alimentos, especialmente en los envasados y en embutidos. Y hasta como agente agregante en la elaboración de fármacos.

La combinación de histaminosis a la leche y el trigo está, por tanto, muy extendida. Más allá de las evidencias científicas existentes, su prevalencia se puede comprobar con una simple búsqueda en Google sobre recetas sin estos dos ingredientes. Y es que hay portales de cocina que incluso le dedican un apartado.

Ante la sospecha de tener histaminosis alimentaria no alérgica, acude al especialista. Dada la variedad de alimentos existentes en la actualidad, un test es la clave para confirmar el diagnóstico y conocer específicamente a qué alimentos estamos reaccionando. En Grupo Histal comenzamos a estudiar las intolerancias alimentarias en los años 70. Y todo ese conocimiento es el que aplicamos.

Será en 2006 cuando se descubra que el mecanismo que producía las reacciones y los síntomas es la liberación de histamina, que hasta entonces únicamente se había relacionado con la reacción alérgica. De ahí que se le denomine histaminosis no alérgica.

Leche y trigo son las intolerancias alimentarias más comunes.. ¿son las tuyas?


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Consultas Histal es un centro especializado en el diagnóstico y tratamiento de las intolerancias alimentarias.
Dolores de cabeza, diarreas o estreñimiento pueden estar causados por la reacción frente a un alimento. Abordamos esta patología con rigor científico y 20 años de experiencia y estudios.

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