
El Covid-19 ha venido para cambiar muchos de nuestros hábitos. Y los cambios son siempre una oportunidad para mejorar. ¿Cómo cuidar de nuestra alimentación durante el Estado de Alarma para reforzar nuestro sistema inmune?
Ahora pasamos más tiempo en casa, nos esforzamos en hacer ejercicio, cocinamos más y nos cuidamos más. Y esto es positivo. Porque mantener nuestras defensas a punto no resulta una cuestión baladí ante una enfermedad como el coronavirus de Wuhan.
Por eso es importante tomar conciencia de la repercusión que tiene nuestra alimentación en nuestra salud. Una dieta equilibrada y sobre todo adecuada y adaptada a cada individuo, nos ayuda a mantener las defensas y prevenir el deterioro de nuestra salud.
De hecho, el discípulo del Nobel de Química Linus Pauling, Adrian Gombart, ha encabezado un estudio internacional que señala que un nivel óptimo de vitaminas C y D así como otros micronutrientes como el zinc y los ácidos grasos Omega -3, pueden ayudar al sistema inmunológico a combatir ataques como el del Covid-19. La investigación, en la que han estado involucrados centros de centros de Estados Unidos y Europa, señala que es muy común una ingesta inadecuada de estos nutrientes, y como consecuencia una menor resistencia a infecciones.
La vitamina C y las células asesinas
Por lo que respecta a la vitamina C, es un nutriente esencial que no puede fabricar el cuerpo humano, sino que se aporta a través de la alimentación. Ésta interviene en el crecimiento y el buen funcionamiento de las células del sistema inmunitario así como en la producción de anticuerpos.
De forma más específica, el estudio señala que la vitamina C parece estimular las células llamadas ‘Asesinas Naturales’ o ‘Natural Killer’. Estas forman parte fundamental de nuestro sistema de defensa. Se trata de un tipo de linfocitos que ataca a las células que tienen alguna infección. También regula nuestra respuesta inmune, además de mejorar la recuperación en enfermedades infecciosas.
Por el contrario, su déficit puede incrementar la susceptibilidad a infecciones, algo que se ha observado en individuos con distintas patologías crónicas. En sus conclusiones, el estudio recomienda una cantidad diaria de entre 80-90 mg de vitamina C para un adulto, siempre en función de su estado.
En resumen, la vitamina C es un nutriente esencial que contribuye también en la defensa inmune.
Alimentos con vitamina C
Es sencillo, la tienes al alcance de la mano, dado que está presente en numerosas frutas y hortalizas propias de la dieta mediterránea. Revisa que en tu frigorífico no falten las fresas, frambuesas, moras, arándanos, cítricos como el limón, tomates, piña, melón y sandía, también encontramos algunas verduras como el pimiento rojo y el brócoli.
Como ejemplo orientativo, indicar que 100 gramos de fresas contienen unos 60 mg de vitamina C, aproximadamente.
La vitamina D
A diferencia de la C, la vitamina D si puede sintetizarse en nuestro organismo. Es menos conocida, pero juega un papel esencial: ayuda a modular la respuesta inmune, además de contribuir a fijar el calcio y el fósforo. La dosis diaria recomendada oscila entre las 400 a 800 UI en función de la edad de la persona y de su estado físico.
Diversos estudios sugieren que tener niveles saludables de vitamina D puede reducir el riesgo de infecciones respiratorias como la gripe y la tuberculosis, así como el asma infantil. En este mismo sentido van los resultados preliminares del estudio El rol de la vitamina D en la prevención de la enfermedad mortalidad por enfermedad de coronavirus 2019 realizado por científicos del Queen Elizabeth Hospital Foundation Trust y la Universidad de East Anglia. Por tanto, la vitamina D también es esencial para reforzar nuestro sistema inmune.
¿De dónde sacamos la vitamina D?
Se obtiene de alimentos como huevos, hongos o pescado. También se produce en nuestra piel cuando una forma de colesterol reacciona a la luz ultravioleta. Por eso es importante que tomemos el sol en horas de baja intensidad al menos 20 minutos diarios.
En estos días más que nunca debemos cuidar nuestra alimentación al máximo
Para los enfermos que padezcan alguna intolerancia alimentaria mantener una dieta equilibrada puede parecer complicado, dado que no pueden ingerir todos los alimentos.
Retirar todo aquello que provoca la reacción adversa del organismo es imprescindible, así que nuestras opciones a la hora de preparar el menú semanal pueden quedar muy limitadas. Por ello se debe extremar la vigilancia sobre los nutrientes que se aportan con las comidas.
Además, durante el Estado de Alarma debemos cuidar aspectos como el ejercicio, tanto para mantener nuestro tono físico como para controlar el estrés, que es un factor determinante en las intolerancias alimentarias.
Tenemos que mantener la concentración de micronutrientes en los valores óptimos.
La clave es una alimentación natural y equilibrada, además de personalizada, para reforzar nuestro sistema inmune y mantenerlo preparado.