En los pacientes con intolerancias alimentarias el estrés pude provocar un aumento de la sintomatología, sin ser la causa de su enfermedad.
Pero sí es verdad que es un factor desequilibrante. Las razones en las que se fundamenta esta asociación son las siguientes:
1. Aunque la histamina se origina a partir de la histidina en condiciones normales, existen dos excepciones: en el ejercicio intenso y el estrés. En ambas situaciones la síntesis de histamina se produce a partir de L-carnosina.
2. En el estrés se produce una modificación de la flora intestinal debida al efecto que produce el CRF (precursor de los corticoides) sobre los enterocitos, de manera que se disminuye la absorción de hierro. Existiendo más hierro en el medio intestinal que será aprovechado por determinadas bacterias (siderófilas) para crecer con mayor facilidad frente a otras.
3. En situaciones de estrés o alteraciones del estado de ánimo, se produce la liberación de distintos mediadores como mecanismo de respuesta cerebral ; corticoides, adrenalina, noradrenalina, hormona del crecimiento, histamina, sustancia P, etc. El nervio vago y más concretamente el sistema nervioso entérico aferente (SNEA) sirve de comunicación entre el sistema nervioso central y la pared intestinal. En estos pacientes existe una mayor población de linfocitos y mastocitos activados alrededor del SNEA. El aumento de sustancia P a dicho nivel provoca, al actuar sobre el receptor NK1 de los mastocitos, la liberación de distintos mediadores: histamina, carboxipeptidasa, heparán sulfato, triptasa, etc. Por tanto, se produce liberación de histamina de origen no inmunológico, sino emocional.
Además la triptasa liberada produce la ruptura de los puentes de disulfuro que unen las células intestinales entre sí provocando un aumento permeabilidad intestinal.
Como bien podéis ver, el estrés sí provoca un mayor deterioro de un paciente ya de por si afectado, aunque no se sea ni por asomo es la causa responsable de su enfermedad.
La colección de bacterias, arqueas y eucariotas que colonizan el tracto gastrointestinal se denomina microbiota intestinal (GM).
Los microbios no solo tienen una influencia positiva en la salud del huésped, sino que también pueden contribuir al desarrollo de varias enfermedades, incluidos los trastornos neurológicos y mentales.
Anatómicamente, el intestino y el sistema nervioso central están involucrados en un sistema de comunicación bidireccional con importantes implicaciones en la salud y la enfermedad entre ellos, que se denomina eje intestino-cerebro.
Existe una creciente evidencia de que la microbiota intestinal ejerce un efecto importante en el eje intestino-cerebro, utilizando sus metabolitos y neurotransmisores con propiedades neuromoduladoras.
La microbiota intestinal juega un papel crucial en el desarrollo del cerebro, el comportamiento y el sistema inmunológico del huésped. El aumento de la permeabilidad intestinal contribuye a la mala ubicación de algunos tipos de bacterias, sus metabolitos neuroactivos y finalmente induce la neuroinflamación.
Hace más de 2000 años, el médico griego Hipócrates sugirió que «todas las enfermedades comienzan en el intestino», es difícil no estar de acuerdo con esta afirmación.
El eje microbiota-intestino-cerebro como clave para los trastornos neuropsiquiátricos
Es difícil determinar si estos cambios en la microbiota, son primarios o secundarios a la enfermedad en curso. La eliminación o predominio significativo de ciertos tipos de bacterias contribuye así al desarrollo de enfermedades.
Conclusiónes:
► Existe una clara relación directa entre la microbiota y el desarrollo de enfermedades neurológicas.
► Los neurotransmisores liberados tienen un papel importante en la aparición de dichas enfermedades.
La microbiotajuega un papel importante en la salud humana, pero como resultado de los recientes cambios en el estilo de vida se están experimentando modificaciones importante en la microbiota intestinal. Las medidas destinadas a matar o limitar la exposición a microbios patógenos, como los antibióticos y el saneamiento, combinadas con otros factores como los alimentos procesados, han tenido consecuencias difíciles de revertir.
La flora industrial presenta una alta vulnerabilidad ante estímulos externos.
Las personas que viven estilos de vida tradicionales comparten una composición de microbiota similar que es distinta de la que se encuentra en las poblaciones industrializadas.
En relación con la microbiota «tradicional», la microbiota «industrial» parece tener una diversidad microbiana más baja, con cambios importantes en la composición y funciones. En la última década se han revelado conexiones íntimas entre la microbiota y el sistema inmunitario, el sistema nervioso y el metabolismo humanos.
Los investigadores han descubierto los principios de cómo la microbiota influye en la salud humana y a medida que el estilo de vida industrial se propaga a nivel mundial, los cambios en la microbiota humana pueden ser fundamentales para la propagación simultánea de enfermedades crónicas no transmisibles y no se puede revertir fácilmente.
nvestigaciones recientes también han demostrado la vulnerabilidad de la flora intestinal. Por ejemplo, un solo curso de un tipo de antibiótico puede diezmar y remodelar la microbiota intestinal.
Es vital que reformulemos nuestra relación con los microbios y utilicemos estrategias similares a los esfuerzos de conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad que se están realizando en todo el mundo.
Conclusiones:
► Preserva la flora “microbiana tradicional”, es fundamental para el ser humano, con objeto de mantener un desarrollo inmunológico correcto y evitar el desarrollo de enfermedades crónicas.
Un alto porcentaje de pacientes con Covid Persistente presentan intolerancias alimentarias
• El Congreso de la Sociedad Andaluza para el Estudio de Intolerancias Alimentarias (Saeia) aborda el daño provocado por el virus y sus tratamientos
• El internista José María Mesa señala que tratar la intolerancia alimentaria es esencial para mejorar el estado del paciente
• El neurólogo Eduardo Gómez Utrero señala que fortalecerse para combatir mejor el Covid pasa por tomar el sol 15-20 minutos al día y comer grasas no saturadas, dormir y hacer ejercicio
• El neurólogo está estudiando la aparición de inflamaciones vasculares tras las vacunas. “El virus es cada vez menos virulento. Ahora hay que revisar los efectos secundarios de las vacunas”
Sevilla, noviembre 2022.- Un alto porcentaje de pacientes con Covid Persistente presentan intolerancias alimentarias, es decir, una reacción inmune contra ciertos alimentos, según ha asegurado el médico internista José María Mesa, durante el Congreso de la Sociedad Andaluza para el Estudio de Intolerancias Alimentarias (Saeia), que este año se ha centrado en el virus y sus consecuencias.
El encuentro, celebrado en Sevilla, reúne cada año a más de 200 participantes procedentes de toda España entre facultativos, expertos en distintas áreas relacionadas con las intolerancias alimentarias y afectados por esta dolencia. Durante el congreso, Mesa y el neurólogo madrileño Eduardo Gómez Utrero, han repasado los efectos del virus, los tratamientos disponibles y cómo prepararnos para afrontar mejor un contagio. Asimismo, la experta en seguridad alimentaria, Rocío López, ha explicado los sistemas actuales existentes para garantizar la seguridad de los alimentos.
Mesa ha señalado que los pacientes con Covid Persistente suelen presentar alguna respuesta inmunitaria previa como alergias o intolerancias. “El virus incrementa significativamente los problemas de intolerancias alimentarias preexistentes. Son en su mayoría personas que antes de contraer el virus sólo padecían alguna molestia (como extreñimiento o hinchazón) y la sobrellevaban sin acudir al médico. Tras el Covid el cuadro de síntomas de intolerancia alimentaria pasa a ser grave. Tratándola debe mejorar su estado general. La clave está en retirar el alimento o alimentos que están provocando la reacción inmune”.
La intolerancia alimentaria conlleva síntomas de cansancio, dolores de cabeza, hinchazón abdominal, dolores musculares, lentitud mental, diarreas o extreñimiento. Esto se debe a que con la reacción inmune se activa además la liberación de histamina, que se encuentra en todo el cuerpo y afecta a otros órganos.
“Curiosamente los receptores de las células intestinales que utiliza el virus son los mismos que usa la célula habitualmente para detectar y clasificar a los alimentos. A partir de esa información desata la respuesta inmune cuando identifica proteínas que considera extrañas”, señala Mesa.
En los pacientes con Covid Persistente hay además una liberación de histamina que no tiene que ver con la alimentación, sino con la presencia de restos víricos en el organismo. Este continúa reaccionando contra ellos y es necesario tratar estos síntomas adicionales.
“La intolerancia alimentaria es una parte del puzzle de esta enfermedad, de la que aún se conoce muy poco. Hay más de 200 síntomas descritos y 320 ensayos clínicos en el mundo para avanzar en los tratamientos. Hay que afrontar las consecuencias de los daños producidos por el virus en todo el organismo, como los trombos o los efectos sobre el cerebro y el resto del sistema nervioso”.
Según las últimas estimaciones realizadas en Estados Unidos, uno de cada tres pacientes padecen complicaciones posteriores. Y entre un 10 y un 15% no se habían reincorporado a la vida laboral un año después. “Esto supone una sobrecarga muy importante para los sistemas asistenciales”.
Sol y grasas
Por su parte, el neurólogo Eduardo Gómez Utrero ha subrayado que las personas que resistieron mejor al virus tenían mecanismos de defensa “suficientes”. Por eso considera que es necesario fortalecer nuestras defensas ante posibles contagios futuros. Una de las claves es tomar el sol entre 15 y 20 minutos a diario, aumentando así la generación en nuestro cuerpo de vitamina D (que es en realidad una hormona fundamental para nuestro organismo).
“En torno al 80% de la población española tiene déficit de esta vitamina. Por eso es importante tomar el sol y hacerlo en la cabeza y el esternón”. Asimismo, es necesario cuidar de que haya alimentos ricos en vitamina D en nuestra dieta (vegetales como las setas, huevo o salmón) para fortalecer las defensas de nuestra piel, tubo digestivo y células pulmonares. Sobre todo en invierno cuando la radiación solar es menor.
Además, otra clave está en cuidar nuestra alimentación, haciéndola variada y sin renegar de las grasas. Gómez Utrero ha reivindicado el papel de las grasas insaturadas, “muchas de ellas con efectos antiinflamatorios como el aceite de oliva o las del pescado. La mitad de nuestro cerebro y de los nervios es grasa. Y también las paredes que componen las células. Son imprescindibles porque, además, constituyen una fuente de energía”. Asimismo, “hay que tener un tubo digestivo en buenas condiciones, con poca inflamación, por eso hay que recurrir a alimentos con proteína vegetal en la dieta. Porque la microbiota intestinal es fundamental para la respuesta inmune”.
Otra de las claves para fortalecerse ante el Covid es hacer ejercicio, para oxigenar los tejidos y reducir el nivel de estrés. Y dormir las horas necesarias, entre 7,5-8, para que actúe la melatonina, otra sustancia beneficiosa.
Cerebro y pequeños vasos sanguíneos
“Debemos seguir teniendo cuidado con el Covid. El virus tiene predilección por el sistema nervioso, al que accede por el tubo digestivo, pulmón o directamente por las células de la fosa nasal hacia el cerebro. Hemos encontrado muchos receptores cerebrales ocupados por fragmentos de proteínas relacionadas con el Covid. Pero además, se ha descubierto que también ataca las paredes de los vasos sanguíneos, deteriorando sobre todo los pequeños. Con ello se empeora la llegada de nutrientes al cerebro, los nervios y otros órganos, dañándolos a largo plazo doblemente”, explica el neurólogo.
Gómez-Utrero es uno de los médicos a nivel mundial que está estudiando la aparición de inflamaciones vasculares tras las vacunas y sus repercusiones. “Las electromiografías muestran la alteración de los nervios a raíz de las vasculitis. La proteína alterada genéticamente S que está utilizando en las vacunas actúa sobre las células y las paredes (endotelio) de los pequeños vasos, afectando a su funcionamiento y provocando una inflamación. El virus es cada vez menos virulento. Ahora hay que revisar los efectos secundarios de las vacunas, evaluarlos y mejorarlas o ajustar su uso”.
Premio Excelente
Durante el congreso se ha entregado el Premio Excelente, que distinguen a empresas destacadas por su labor a la hora de fabricar alimentos, venderlos o mejorar la información al consumidor. El presidente de la SAEIA, Félix López Elorza, ha entregado el premio al CEO de Naturcode, Fernando Vázquez.
Naturcode es una start up creadora del sistema de etiquetado inteligente que ofrece información adicional sobre los productos, su origen y trazabilidad.
Saeia
La Saeia es una organización sin ánimo de lucro centrada en la difusión de conocimiento y sensibilización sobre las intolerancias alimentarias, una dolencia muy extendida y poco conocida relacionada con un deficiente funcionamiento de la pared intestinal y su respuesta inmune.
Históricamente, la leche humana se consideraba estéril en condiciones fisiológicas y, por lo tanto, la presencia de microbios se consideraba una infección o una contaminación.
Desde 2003, el estudio de la microbiota de la leche humana ha atraído el interés de muchos grupos de investigación a nivel mundial, permitiendo la detección de aproximadamente 200 diferentes especies de bacterias, arqueas y hongos de más de 50 géneros diferentes. Las modificaciones en su composición pueden tener implicaciones biológicas para la colonización infantil, el metabolismo, el desarrollo inmunológico y neuroendocrino y para la salud mamaria. Sin embargo, el conocimiento actual sobre el impacto de una amplia variedad de factores (antecedentes genéticos, origen étnico, ubicación geográfica, edad materna, dieta e índice de masa corporal, modo de parto, edad gestacional, terapias y alimentos suplementos, entre otros) en las comunidades microbianas de la leche humana es muy limitado .
Los oligosacáridos de la leche humana (HMO) ejercen efectos prebióticos sobre algunas bacterias que se detectan con frecuencia en la leche humana, incluidas Bifidobacterium spp. Los oligosacáridos y microbios de la leche confieren un complejo «simbiótico».
El origen de los microbios que se encuentran en el ecosistema mamario sigue siendo una pregunta abierta en gran medida. Es muy probable que algunas de las bacterias detectadas en la leche se originen en la piel y la areola maternas, aunque algunas bacterias pueden originarse en el tracto digestivo materno y que puede existir una vía enteromamaria para los microbios.
Conclusión
֍ Los datos indican que varias características y exposiciones maternas, incluido el IMC, la exposición a antibióticos, la edad gestacional o el modo de parto, están asociadas con la composición de la microbiota de la leche.
֍ La microbiota de la leche humana puede transferirse al lactante, actuando potencialmente como impulsor de la colonización oral e intestinal temprana.
Referencias
Aakko J., Kumar H., Rautava S., Wise A., Autran C., Bode L., et al. (2017). Human milk oligosaccharide categories define the microbiota composition in human colostrum. Benef. Microbes 8, 563–567. doi: 10.3920/BM2016.0185
Abrahamsson T. R., Sinkiewicz G., Jakobsson T., Fredrikson M., Björkstén B. (2009). Probiotic lactobacilli in breast milk and infant stool in relation to oral intake during the first year of life. J. Pediatr. Gastroenterol. Nutr. 49, 349–354. doi: 10.1097/MPG.0b013e31818f091b
La curcumina es el pigmento amarillo prominente en la cúrcuma con propiedades antinflamatorias. Es
un polifenol lipofilico que se ha utilizado durante siglos como una herramienta esencial de la medicina
tradicional en Asia. Hoy en día, se usa ampliamente como especia dietética, pero también en las
industrias cosmética y farmacéutica.
La curcumina como tratamiento potencial para el COVID-19
Los beneficios terapéuticos de la curcumina se han revelado en múltiples enfermedades crónicas:
artritis, inflamación, entermedad hepática,
sindrome metabólico, enfermedades neurodegenerativas,
obesidad y cancer.
La curcumina por si sola tiene una mala absorción durante la digestión, y un metabolismo y eliminación
rápidos, por eso se ha observado que hay algunas sustancias como la piperina que aumentan la
biodisponibilidad de esta especie, es decir, ayudan al organismo a absorberla y a que el organismo se
beneficie de sus efectos positivos. La piperina es la sustancia que se encuentra en la capa externa del
fruto de la pimienta negra, responsable de su sabor picante.
La curcumina en definitiva, suprime la activación de diversos factores que ponen en marcha la cascada
inflamatona de consecuencias en ocasiones netasta para el paciente
De ahi que actualmente se postule como un posible tratamiento para controlar la infección mediada por
SARS-CoV2 o que disminuya la gravedad de la misma.
La fatiga es el sintoma más persistente y debilitante de la COVID prolongada. Los estudios revelaron que hasta el 52 % de los sujetos de la población estudiada mostraron fatiga/mialgia después de la COVID-19.
Aunque los datos sobre la fatiga por COVID aún están surgiendo, se sabe que las infecciones virales
desencadenan el sindrome de fatiga crónica (SFC), también conocido como encefalomielitis miálgica
(EM), en los pacientes. No hay biomarcadores específicos y el diagnóstico generalmente se basa en los
sintomas.
Si bien la mayoria de los tratamientos actuales para la fatiga son paliativos, incluida la rehabilitación a
través de instalaciones de spa con intervenciones multidisciplinarias, y se limitan a aliviar los sintomas,
hay indicaciones de que ciertos suplementos pueden ser útiles para abordar los factores potencialmente
involucrados en la patogenia de la fatiga.
Se supone que la fase de recuperación post-aguda de COVID-19 va acompañada de estrés oxidativo e
inflamación que causa fatiga física y mental. Una revisión de la literatura sobre el sindrome de fatiga
crónica encontró que muchos pacientes tienen una inflamación persistente de bajo nivel. posiblemente
provocada por una infección. Se han observado disfunciones inmunitarias, estrés oxidativo e inflamación
en pacientes con fatiga, y representan una serie de síntomas de fatiga. Los cambios inflamatorios en el
cerebro causan /niebla mental que incluye sintomas como pérdida de memona y dificultad para
concentrarse. La disbiosis intestinal también se ha relacionado con la fatiga cronica.
Las propiedades antiinflamatorias, antioxidantes e inmunomoduladoras de las enzimas sistémicas se
documentaron previamente en la literatura y probablemente afectaron la reducción de la fatiga por
COVID-19 observada en el presente ensayo: las enzimas sistémicas son útiles como inmunoterapéuticos,
ya que pueden modular la disponibilidad local de señales inmunoestimuladoras e inmunosupresoras.
Además de sus acciones inmunomoduladoras, antiinflamatorias, antioxidantes y antivirales, se ha
demostrado que los probióticos estimulan el estado de ánimo, mejoran la función cognitiva y reducen la
fatiga: los probióticos mejoran el bienestar y indices inflamatorios y oxidativos en pacientes con SFC/EM;
los probióticos regulan la salud del cerebro a través del eje intestino-cerebro; la suplementación con
probióticos mejoró significativamente el estado de ánimo y la calidad del sueño y redujo la depresión, la
ira y la fatiga.
El estudio actual representa, hasta donde sabemos, el primer informe de un ensayo controlado aleatorio
que demuestra la eficacia de los suplementos detéticos para resolver la fatiga después de la infección
por SARS-CoV-2. Esto es importante ya que existe una preocupación considerable de que la enfermedad
COVID-19 desencadene sindromes de fatiga posviral.
Se observa una mejora significativa
en la gravedad de la fatiga, en todos los dias evaluados, en
comparación con la linea de base. La reducción en las puntuaciones totales de fatiga fue significativamente mayor en el grupo de prueba en comparación con el grupo de control en todos los dias evaluados, lo que demuestra la eficacia del regimen complementario para reducir la gravedad de la fatiga posterior a la COVID.
Existen diferencias en la flora en los pacientes post-COVID, con respecto a pacientes sin infección COVID previa o pacientes con infección COVID sin síntomas post-COVID.
Las características clinicas de la COVID-19 durante la infección aguda están bien descritas, pero se sabe poco sobre las complicaciones a lago plazo de la COVID-19. El sindrome de COVID-19 postagudo (PACS), caracterizado por complicaciones a largo plazo y/o síntomas persistentes después de la aparición de COVID-19, es cada vez más reconocido. Hasta las tres cuartas partes de los pacientes describen al menos un síntoma a los 6 meses despues de la recuperación, y los sintomas multisistémicos. que incluyen fatigada, debilidad muscular y dificultades para domir, se informan con frecuencia.
La razón subyacente al desamollo de PACS no está clara en gran medida. Las perturbaciones de las respuestas inmunitarias e inflamatorias, el daño celular por una infección viral aguda o las secuelas de una enfermedad poscrítica pueden contribuir a los síntomas a largo plazo después de la infección por CovID-19. La creciente evidencia ha demostrado que la disbiosis intestinal esta relacionada con la gravedad de la infección por COVID-19 y persiste después de la resolución de la enfermedad.
Los pacientes con COVID-19 tienen alteraciones significativas en los microbiomas fecales en comparación con los controles sin COVID-19, caracterizados por el enriquecimiento de patógenos oportunistas y el agotamiento de los comensales beneficiosos. Varios comensales intestinales con potencial inmunomodulador conocido, como Faecalbacterium prausnitzii, Eubacterium rectale y bifidobacteria, estaban subrepresentados en los pacientes, y estas bacterias permanecieron bajas en las muestras recolectadas hasta un mes después de la resolución de la enfermedad.
En este estudio se pone de manifiesto que la composición de la microbiota intestinal de los pacientes con COVID-19 durante la hospitalización se correlaciona con las concentraciones plasmáticas de varias citocinas, quimiocinas y marcadores de inflamación, lo que sugiere que la microbiota intestinal podría desempeñar un papel en la modulación de la respuesta inmunitaria del huésped e influir potencialmente en la gravedad y los resultados de la enfermedad.
Un subgrupo de pacientes recuperados con COVID-19 experimentan sintomas persistentes como fatiga, disnea y dolores en las articulaciones, algunos más de 80 dias después del inicio de los sintomas, postulamos que el microbioma intestinal disbiótico podria contribuir a los problemas de salud relacionados con el sistema inmunológico posteriores a la COVID-19.
Sin embargo, aun se desconoce si los microorganismos intestinales asociados con la inflamación enriquecidos en COVID-19 juegan un papel activo en la enfermedad o simplemente prosperan de manera oportunista detido al agotamiento de otros microorganismo intestinales.
Es hora de aclarar algunos de los conceptos erróneos más populares que persisten.
Las alergias alimentarias parecen estar en aumento, pero abundan los conceptos erróneos, que a menudo obstaculizan el diagnóstico y tratamiento adecuados de una afección. Según una investigación reciente, hasta el 35% de las personas se diagnostican erróneamente a sí mismas (o a sus hijos) con una intolerancia o alergia a los alimentos y luego tratan de controlarla por sí mismas en lugar de buscar el asesoramiento médico adecuado.
Tengo síntomas después de la comida, por lo que debe ser una alergia.
No necesariamente. Las reacciones adversas a los alimentos pueden ocurrir por una variedad de razones, y todas entran dentro del término general «hipersensibilidad alimentaria». Esto incluye reacciones que involucran al sistema inmunológico, denominadas alergia a los alimentos, pero también una variedad de otras que no, a menudo llamadas«intolerancia a los alimentos».
No debes eliminar ningún alimento de tu dieta sin el consejo de tu médico, porque te podría llevar a una falta de nutrientes esenciales. Los alimentos pueden provocar reacciones por muchos motivos: toxinas, concentración alta en histamina, contaminación por virus o bacterias, etc.
2. La intolerancia alimentaria es un nivel menos grave de la alergia alimentaria.
Falso, son dos conceptos distintos:
Cuando hay una alergia alimentaria, el sistema inmunitario reacciona en contacto con la sustancia que provoca la alergia, el llamado «alérgeno». Los alérgenos son siempre proteínas y es por eso, que en el caso de una alergia alimentaria como podría ser la alergia a la proteína de leche (llamada también caseína), se produce una reacción alérgica al ingerirla con síntomas que pueden ir desde picor, hasta hormigueo, hinchazón de boca o garganta, dolor, etc.
En caso de intolerancia alimentaria, no hay ninguna reacción inmunitaria. En este caso, el cuerpo carece de mecanismos (enzimas) que puedan digerir la molécula en cuestión. En la intolerancia a la lactosa, por ejemplo, falta una enzima (la lactasa) que es la que permite digerir correctamente la lactosa. Al no poder digerirla, los síntomas que causa esta intolerancia alimentaria son normalmente digestivos ccomo malestar, hinchazón abdominal, diarrea, etc.
3. Las advertencias de «puede contener» están ahí para proteger a los fabricantes.
El etiquetado de alérgenos en los alimentos ha mejorado en los últimos años con la implementación de la legislación de la Unión Europea de 2014, que sigue siendo relevante en Reino Unido a medida que Escocia y otras naciones la actualizan y mejoran en esta era posterior al Brexit.
Sin embargo, tiene limitaciones. De hecho, el «etiquetado preventivo de alérgenos» (advertencias de rastreo) no está específicamente regulado por la legislación más allá del requisito de que la información voluntaria no debe inducir a error al consumidor, ser ambigua o confusa.
La redacción de las advertencias no está estandarizada y, lo que es más importante, no da una indicación del nivel de riesgo.
Por lo tanto, tal vez no sea sorprendente que este tipo de advertencia sea visto con sospecha por algunos mientras que es una causa de angustia para otros, particularmente aquellos con alergia a IgE potencialmente severa donde incluso cantidades muy pequeñas de un alimento específico pueden causar síntomas inmediatos.
4. Alergia a los alimentos: solo necesitas evitar el alimento desencadenante.
No solo existe un riesgo nutricional potencial, la exclusión de ciertos alimentos requiere una planificación cuidadosa y una vigilancia constante.
Para aquellos con alergia a la IgE de inicio rápido en particular, donde la exposición accidental al alimento desencadenante puede causar síntomas severos, esto puede resultar en una ansiedad considerable.De hecho, existe evidencia de que tener una alergia alimentaria potencialmente grave tiene un efecto perjudicial sobre la calidad de vida en términos de salud.
Por lo tanto, es imprescindible un asesoramiento adecuado y una gestión adecuada.
Con una gran cantidad de información disponible gracias principalmente a fuentes en línea, es más importante que nunca asegurarse de utilizar fuentes creíbles y confiables y buscar el asesoramiento y el tratamiento médicos adecuados si te preocupan los síntomas relacionados con los alimentos.
5. La enfermedad celíaca es consecuencia de una alergia alimentaria al gluten.
Falso, es una intolerancia alimentaria al gluten.
A diferencia de las intolerancias “clásicas”, es una enfermedad compleja que afecta el sistema inmune. Esta enfermedad crónica y autoinmune altera la mucosa del intestino delgado, provocando mala absorción de nutrientes y síntomas digestivos. Las Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología publicadas en Abril del 2012,diferencian de manera muy clara lo que significa una alergia al trigo, la enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no celíaca.
Un virus presente en los lácteos mejora la memoria y la capacidad cognitiva.
Un estudio halla una relación clara entre la presencia de virus caudovirales (un tipo de virus que crece en el interior de las bacterias intestinales) y el desarrollo de funciones cognitivas. Varias investigaciones de los últimos años sugieren que la composición bacteriana del microbioma intestinal afecta a la función cerebral y a la salud neurológica. La población bacteriana en el intestino es el mayor reservorio de bacterias en el cuerpo.
Estudios recientes han demostrado que el huésped y la microbiota intestinal son un excelente ejemplo de sistemas con interacciones mutuamente beneficiosas. Otros trabajos también han revelado un vínculo entre los trastornos del estado de ánimo y los daños a la microbiota intestinal. Sin embargo, un nuevo estudio del Instituto de Investigación Biomédica de Girona Josep Trueta (IDIBGI) y en el que ha participado la Universidad de Alicante (UA) indica que la investigación del microbioma ha pasado por alto un factor clave: la composición y prevalencia de los virus en el intestino. En concreto, la investigación publicada en Cell Host & Microbe sugiere que la presencia de virus bacteriófagos se relaciona con una mejora de las funciones cognitivas y de la memoria en humanos, ratones y moscas.
Concepto de eje microbiota intestinal-cerebro.
“El concepto de eje microbiota intestinal-cerebro ha surgido en la última década, pero casi todos los artículos se han centrado en los principales componentes de la microbiota intestinal: las bacterias. No se había investigado el posible papel de los virus”, explica José Manuel Fernández-Real, uno de los autores del estudio. “Este sería el primer artículo que relaciona los bacteriófagos del microbioma intestinal con la cognición en mamíferos y moscas de la fruta”, añade.
El estudio se centró en dos tipos de bacteriófagos prevalentes (un tipo de virus que se replica dentro de las bacterias que representa uno de los mayores vacíos en el conocimiento del microbioma humano) en nuestra microbiota intestinal: los Caudovirales (particularmente en la familia Siphoviridae) y los Microviridae.
En una muestra de 114 personas, que después amplió a 942 sujetos, los investigadores encontraron que los individuos con más Caudovirales tenían un mejor rendimiento de los procesos ejecutivos y la memoria verbal, y, en cambio, la presencia de mayores niveles de Microviridae se relacionaban con un mayor deterioro de las capacidades ejecutivas del cerebro.
Asimismo, para saber cómo las personas pueden acceder a estos virus, los investigadores realizaron encuestas alimentarias a los participantes para conocer su dieta y encontraron que los individuos con más Caudovirales en la microbiota intestinal consumían más productos lácteos de forma habitual.
Con el objetivo de reforzar aún más el resultado, se hizo un experimento con ratones, mediante la microbiota presente en las diferentes muestras de las heces humanas, que fueron transplantadas al intestino de los roedores. “Los ratones que recibieron una microbiota rica en Caudovirales presentaron un mejor rendimiento cognitivo que los demás ratones, con mejoras importantes a nivel de la memoria espacial y de la memoria emocional”, afirma el doctor, también participante en el proyecto, Rafael Maldonado.
Un segundo experimento de confirmación se realizó mediante la utilización de moscas (Drosophila melanogaster) como modelo animal, también conocidas como las moscas de la fruta. Primero, un grupo de moscas fue alimentado con suero láctico, y demostró tener más memoria que el otro grupo de Drosophila que ingirió el suero láctico esterilizado, y por tanto, sin virus.
El experimento se repitió, pero en este caso se suplementó la alimentación de las moscas con los bacteriófagos aislados y los resultados se replicaron de nuevo; observando un grupo de genes en el cerebro de la mosca, los autores encontraron que la presencia de los Caudovirales regulaba al alza los genes asociados con la memoria.
Si bien los autores señalan que el estudio es pequeño y debe interpretarse con cautela, refuerza la consideración de estos virus como actores influyentes en la relación entre el microbioma humano y el cerebro. Además, el trabajo abre la puerta a nuevas líneas de investigación como el estudio de posibles suplementos en la dieta con este virus de forma aislada para mejorar las capacidades cognitivas de las personas, según informan fuentes de la institución académica valenciana.
“Los virus son componentes insospechados de nuestra dieta que habíamos descartado. Las posibles interacciones (dentro del microbioma intestinal) son probablemente mucho más complejas de lo que se pensaba anteriormente”, concluye José Manuel Fernández-Real.
Artículo publicado en La Razón, el día 17/02/2022.
Consultas Histal es un centro especializado en el diagnóstico y tratamiento de las intolerancias alimentarias.
Dolores de cabeza, diarreas o estreñimiento pueden estar causados por la reacción frente a un alimento. Abordamos esta patología con rigor científico y 20 años de experiencia y estudios.
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